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Mayo
Posted by Juan Manuel Garzon
on
8/31/2011 09:29:00 p. m.
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Mayo
Una visión espiritual de la revolución española. Con el subtítulo se pretende enfatizar en los aspectos más humanos que motivaron la manifestación iniciada el 15 de mayo en 20 ciudades de España y que concluyeron con la aceptación de sus postulados, como parte de las causas que originan la actual indignación social, que es la degradación de un sistema social corrupto y consumista a ultranza, que premia la codicia y el egoísmo, y no satisface las verdaderas necesidades humanas.
Se cree que la sociedad funciona en términos de competición descarada e individualismo, pero esto es una involución, porque lo que la hace evolucionar es la cooperación y la solidaridad. Entre los principios que busca una sociedad sana, que son libertad, igualdad y fraternidad, éste último ya es casi inexistente, pues no vivimos en una sociedad de hermanos, sino entre canallas que se enfrentan por el beneficio inmediato. Pensar más allá del núcleo familiar o la aldea es para muchos, un problema. Hemos ido perdiendo el instinto humano de ir más allá de nuestro reducido círculo de personas y no intentamos reconocer a las que no forman parte de él.
En el mundo actual no existe una democracia auténtica. La democracia real hay que buscarla y crearla, y esto a veces parece una utopía, pero no queda más remedio que hacer una reflexión colectiva sobre los verdaderos valores e ir tras ellos, pues la visión es la guía de la existencia. ¿Qué sería de nosotros sin la utopía? Renunciaríamos a la mitad de nuestras vidas ya que por ella creamos la realidad cuando hacemos que se encuentre con la de otros. La sociedad que vive al margen de la búsqueda de un futuro mejor, está condenada a hundirse en los lodos en que está viviendo el presente.
Se cree que la sociedad funciona en términos de competición descarada e individualismo, pero esto es una involución, porque lo que la hace evolucionar es la cooperación y la solidaridad. Entre los principios que busca una sociedad sana, que son libertad, igualdad y fraternidad, éste último ya es casi inexistente, pues no vivimos en una sociedad de hermanos, sino entre canallas que se enfrentan por el beneficio inmediato. Pensar más allá del núcleo familiar o la aldea es para muchos, un problema. Hemos ido perdiendo el instinto humano de ir más allá de nuestro reducido círculo de personas y no intentamos reconocer a las que no forman parte de él.
En el mundo actual no existe una democracia auténtica. La democracia real hay que buscarla y crearla, y esto a veces parece una utopía, pero no queda más remedio que hacer una reflexión colectiva sobre los verdaderos valores e ir tras ellos, pues la visión es la guía de la existencia. ¿Qué sería de nosotros sin la utopía? Renunciaríamos a la mitad de nuestras vidas ya que por ella creamos la realidad cuando hacemos que se encuentre con la de otros. La sociedad que vive al margen de la búsqueda de un futuro mejor, está condenada a hundirse en los lodos en que está viviendo el presente.
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